lunes, 9 de marzo de 2009

JUDITH ELENA DELGADILLO

"Mujeres de Tinta”: un regalo para el alma, premio al intelecto de quienes, como yo, vibran con el deseo de conoce el arte de la comunicación. Es un privilegio pertenecer al grupo, escuchar, cuestionar, participar en la inquietante tarea de la expresión literaria.

Somos atletas en una contienda personal buscando alcanzar metas concebidas, o aun sin concebir, ávidos de expresar nuestras alegrías, temores, ambiciones, sueños por medio de la convivencia escrita.

Me pregunto: ¿Por que escribir? ¿Para quien escribir?

Yo escribo porque SI. Escribo para aquellos que se identifican con mi pensamiento o para quienes
desean cuestionarlo. Acaso escribo buscando establecer un vínculo mas estrecho con el universo, expresar ideas que surgen y que no puedo, o no se, expresar en forma audible.

Escribo porque si no lo hiciera, mi vida seria un campo árido sin follaje ni fruto para compartir.

Judith Elena Delgadillo.
&&&&&&&&&&&&&&&

Judith es una mujer que aporta cada jueves su entusiasmo, así mismo sus lecturas nos han llevado a viajar...
Si gustas de enviarle comentarios, te agradeceríamos lo hicieras a mujeresdetina@hotmail.com

"""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""
RIO DE MIS RECUERDOS
Desde pequeña me sentí atraída por su grandeza, el misterio del Río Bravo con su corriente que fluye interminable y pacífica.
En este rincón mexicano pasé mi niñez en un hogar cercano al río. Con frecuencia, escapaba hasta su orilla para encontrarme con su magia. Imaginaba aventuras en países exóticos, guerras de piratas, lujosos buques que surcaban sus aguas. La existencia enigmática de su torrente me subyugaba. Por la noche el abuelo contaba leyendas del río bravío, repetía la historia de su aventura: el cruce en lancha desde la otra orilla para afirmar su amor a la patria.
El Río Bravo es un cuerpo de agua dividido, nació libre y generoso dando vida a moradores de sus confines. En su largo caminar ha sufrido cambios, arrebatos, envidias, huidas. Ha sido agredido, abandonado, ignorado por el hombre irresponsable, pero sigue siendo el río de espléndida frescura que sacia, y baña la aridez de esta tierra.
Protestar cuando percibe la discordia entre quienes disponen los límites de su caudal y se cobran, uno y otro, el líquido que es la sabia de nuestro futuro incierto. Su lozanía desaparece en la indolencia del hombre que se olvida de cuidarlo. Tristemente convertido en sudario de tantos hermanos.
Amo el Río Bravo porque forma parte de mí, símbolo y testigo de mis bemoles; escucho el suspiro musical de su corriente; caminar, sin prisa, sobre su lecho o sobre el puente construido de rostros ajenos… en mis ojos ya son recuerdos.
Fluyo al ritmo de su corriente. Caminemos juntos por el tiempo hacia la eternidad donde habrás de acompañarme.

2 comentarios:

  1. Yo escribo, para no caer en la locura, para arrancar de la piel los sentimientos, para atar el silencio a la voz, para hacer de mi cuerpo poesía.

    Judith:
    Gracias por inspirarnos con tus bellos relatos y por esa vivacidad que desprende tu presencia.

    Atte: Linda González

    ResponderEliminar
  2. Querida Judith, es un honor y placer haber compartido con usted las lecturas en el evento de Mujer Rota, así mismo disfruto mucho de su compañerismo, reciba un abrazo muy cordial y todo mi respeto. Atte.: Pili González

    ResponderEliminar